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Convulsa política local
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- Rodolfo Lacal
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Pese a tratarse de un pequeño pueblo, hay momentos de la historia de Bubierca con reiteradas desavenencias entre sus vecinos sobre su gestión. La década de 1870 fue especialmente revuelta para la política local, en algunos casos como reflejo de la política nacional y en otros como manifestación de rencillas personales.
Comenzaré por relatar un hecho ocurrido en el primer año de esa década. La llegada del ferrocarril trajo consigo un incremento en el número de habitantes del pueblo. El recientemente elegido Alcalde, Felipe García Serrano, probablemente pensando que el pueblo seguiría creciendo en habitantes propuso y consiguió aprobar lo siguiente:
alcaldía constitucional de Bubierca
El Ayuntamiento en sesión del 10 de octubre y de conformidad con el Artículo 8 del decreto de 17 de septiembre último ha practicado la división de este término municipal en dos distritos y tres colegios en la forma siguiente:
Primer Distrito, El Portillo: comprende las calles Portillo, Carnicería, La Fuente, Subida a la Virgen, Plaza San Miguel, Hospital y Camino.
Segundo Distrito, del Hortal: comprende las calles Hortal, Rincón, Castillo, Calleja, Bagera, alta del Horno y baja del Horno.
Primer colegio, casa de Ayuntamiento: Comprende las calles Portillo, La Fuente, Plaza San Miguel, Hospital y Camino.
Segundo colegio, casa de Don Eusebio Pérez: comprende las calles Hortal, Rincón, Bagera y Horno baja.
Tercer colegio, casa de Don Atanasio de Quadros: comprende Las calles Castillo, Calleja, Horno alta y Subida a la Virgen. Lo que se hace saber al público cumpliendo con el citado decreto.
Bubierca, 1 de noviembre de 1870. El alcalde Presidente Felipe García-Serrano.
Hasta ese momento la población era un solo distrito electoral y se votaba en el Ayuntamiento con la transformación en dos distritos y tres colegios electorales se confería al pueblo, de puertas para afuera, de una nueva imagen de población de mayor empaque.
Pero aveces las cosas no son tan sencillas. Felipe y sus concejales no contaban con algo; Eusebio Pérez y Atanasio Quadros debían poner sus casas a disposición de la junta electoral en caso de comicios. Eusebio Pérez había sido el anterior alcalde y Atanasio Quadros, conocido liberal, estaba mudándose a Calatayud pues el pueblo mostraba cierta deriva hacia el carlismo. Ambos se negaron a poner a disposición sus casas y parece que otros vecinos tampoco se prestaron a ofrecer las suyas. Así que al poco tiempo el Ayuntamiento se vio forzado a dar marcha atrás, tal como se infiere de la siguiente noticia aparecida en el Boletín Oficial de la Provincia de Zaragoza:
En la sesión celebrada por la Diputación Provincial de Zaragoza el 24 de febrero de 1871 se comunica que el alcalde de Bubierca ha comunicado al gobernador Provincial que habiéndose negado los propietarios de las casas en las que se deberían instalar los colegios electorales a acogerlos, se decide crear un colegio electoral único en la sede del Ayuntamiento de dicha población.
Lo relatado hasta ahora era solo el principio de la profunda división existente entre los habitantes más influyentes del pueblo. A principios del año 1872 se celebraron elecciones municipales cuyo resultado fue impugnado por algunos vecinos. Tuvo que mediar el Gobernador Provincial y emitir la siguiente resolución en mayo de 1872:
Bubierca. — Visto el expediente de elecciones de dicho pueblo y protestas presentadas, la Comisión acordó dejar sin efecto la proclamación de Concejales hecha por la Junta de escrutinio, disponiendo sean proclamados por haber obtenido mayoría relativa de votos D. Cayetano del Molino, D. José Serrano García, D. Benito López, don Andrés Franco Bailón, D. José Heredia Sola, don Narciso Monreal, D. Pascual Fernandez, D. Mariano Mateo Royo y D. Tomás Heredia, a los que se les dará posesión de sus cargos en el día señalado al efecto. Se desestimó la excusa de D. José Serrano García, por no ser bastante el padecimiento que alega para dejar de servir el cargo; por último, se previno á D. Ubaldo García y demás que solicitan se imponga á la Junta la responsabilidad penal de la ley por las infracciones que atribuyen a sus individuos, ejerciten su derecho si lo creyeren conveniente ante los Tribunales de justicia.
Una rápida aclaración. A menudo los nombres y apellidos eran mal transcritos en los boletines oficiales y publicaciones periódicas, en el texto anterior , en lugar de Ubaldo García tengo la certeza de que debería decir Ubaldo Gonzalo de Liria.
¿Y quién fue nombrado alcalde? Pues ninguno de los citados en la resolución del Gobernador.en junio de 1872 el Alcalde era ni más ni menos que Eusebio Pérez. No debió durar mucho en el cargo porque se hizo público que el alcalde, supongo que Eusebio Pérez, solicitó al Gobernador Provincial el 12 de septiembre de 1872 se le relevase de su cargo, algo insólito.
En este punto de mi narración, cada vez de aspecto más confuso, debo aportar una breve pincelada del contexto político nacional y su influencia en el día a día de Bubierca.
En enero de 1872 comenzó la tercera guerra carlista. Los cerros del término municipal de Bubierca eran un punto ideal para el paso del Jalón por las facciones carlistas. Como muestra un botón; en diciembre de 1872 una facción carlista que decían liderada por un tal Madrazo detuvo por unas horas un tren de pasajeros en la estación de Bubierca.
Si añadimos a ello que buena parte de los vecinos eran afectos a esa ideología, resulta evidente la discrepancia entre lo ordenado por la Administración provincial y lo realmente llevado a cabo en el pueblo. La gestión municipal se volvió caótica. Renunció el Secretario, se dejó de pagar al maestro y a la maestra, renunció el alguacil y el cartero se echó al monte con los carlistas a mediados de 1873.
En diciembre de 1873 una facción carlista atacó ateca y se refugió en Bubierca. A los pocos días el Gobernador suspendió el Ayuntamiento de Bubierca.
En medio de todo eso, muchos jovenes son llamados a filas. Uno de ellos se suicida, no por no querer ir al ejército sino porque su padre le obligaba a echarse al monte con los carlistas.Otros mozos buviercanos desertan, no sin antes intentar matar al Alcalde, de cuyo nombre no tengo absoluta certeza, pero creo se trataba de Narciso del Palacio. Del intento de homicidio solo apareció en prensa la noticia en un diario. Hay que tener en cuenta que las redacciones recibían gran cantidad de telegramas diariamente sobre el estado de la guerra y que no todo cabía en las escasas cuatro páginas que solían tener. Fue en en El Imparcial del 23 de agosto de 1874 donde se podía leer lo siguiente:
Un grupo de catorce hombres hizo el jueves varios disparos sin consecuencias al alcalde de Alhama de Bubierca huyendo después precipitadamente.
Me permitirá el lector que me detenga por un tiempo en el contenido de esa breve noticia y que la tome con cierto sentido del humor. Catorce mozos intentan matar a tiros al alcalde y no le acierta ninguno; pues menos mal que no se incorporaron a filas porque con esa puntería vaya gasto de balas sería para el ejército. Por otro lado, el redactor, desde su oficina en Madrid, demuestra poco conocimiento de nuestra comarca inventándose un pueblo mezcla del nuestro con el del vecino Alhama. La duda sobre si el alcalde objeto del atentado era el de bubierca o el de Alhama se disipa con lo que incluiré en los siguientes párrafos.
De los catorce integrantes del grupo de tan mala puntería unos cuantos estaban en paradero desconocido varios meses después. Tanto las autoridades militares como el juzgado de Ateca los reclamaron para ser encarcelados. He aquí alguno de esos llamamientos:
Ateca. D. Joaquín Ariza y Cabeza, Juez de primera instancia de la villa de Ateca y su partido.
Por el presente primer edicto cito, llamo y emplazo á Isidro Saturnino Moreno, Miguel Sisón Urdangarin, Marcos Sisón y Antonio Borque y Monreal, naturales y vecinos de Bubierca, de veintiséis, veintinueve, veintiséis y veintisiete años de edad respectivamente, para que dentro del término de treinta días se presenten en las Cárceles de este partido á responder de los cargos que les resultan en la causa que contra los mismos y otros se instruye sobre atentado contra el Alcalde de dicho pueblo; bajo apercibimiento que si no lo verifican, les parará el consiguiente perjuicio.
Se recomienda á los Sres. Jueces, Tribunales y demás agentes de policía judicial practiquen diligencias para la captura de dichos sugetos, y caso de ser habidos sean conducidos á disposición de este Juzgado.
Dado en Ateca á nueve de Junio de mil ochocientos setenta y cinco. Joaquín Ariza —D. S. O., Benito Polo.”
Unos días después, ese mismo juez citaba a otros dos mozos implicados en el mismo asunto. Para no ser repetitivo solo transcribo aquí sus nombres y edades: “José Sisón Horna y Mariano Francisco Cubero, de treinta y cinco y veinticinco años de edad respectivamente, naturales y vecinos de Bubierca
La guerra concluyó y volvió la vida del pueblo a cierta normalidad, rotando los alcaldes cada par de años hasta que en 1880 uno de ellos sufrió lo que parece una gran injusticia. Pero eso merece un relato aparte que en otro momento contaré.
Fuentes:
- Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España.
- Boletín Oficial de la Provincia de Zaragoza.
© Rodolfo Lacal Pérez
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